lunes, 19 de enero de 2009

Te Recuerdo

Siempre he padecido de Baja Realidad, los camareros me ignoraban, la gente no me veía... Pero ahora he descubierto que en Madrid hay un Campo Antimagia que anula ese defecto (estoy por ver si me quita puntos de ventaja también, espero que el master no se de cuenta)

Para empezar, y después de todas las Navidades sin ir, el camarero de la cafetería donde desayunamos se acordaba de lo que habíamos pedido para beber (café con leche corto de café y zumo de naranja). Pero lo más sorprendente fue que a la mañana siguiente, otro camarero de la misma pastelería nos enumeró el pedido antes de que pudiéramos siquiera mirarle.

Y para continuar, un señor repartidor de publicidad, muy sonriente él, muy amable, que me dio por la noche un papelito promocionando un restaurante indio, a la mañana siguiente me reconoció y todo. Se presentó, me interrogó sobre mi estado de soltería, intentó que pronunciara bien su nombre sin demasiado éxito... Y se despidió sonriente para seguir trabajando después de los dos besos de rigor.

Sin duda alguna, sorprendente.

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