jueves, 30 de octubre de 2008

Sopa de Cebolla

Primero fueron los viejecitos encantadores con sus miradas lascivas. Luego, las flores del jardín comenzaron a abrirse en una explosión de colorido y aroma. Las hormonas parecían estar alborotadas en todos a mi alrededor. Las abejitas revoloteaban por el patio y dentro de la casa de manera indiferente. Hacía calor... Todo eso, y algún que otro detalle más, me hizo pensar que el otoño había cedido su puesto a la siempre presumida primavera.
¡Pero no! ¡Hace frío! ¡La primavera se ha aliado con el invierno para realizar el crimen perfecto!

Bueno, y como nieva y todo, se me ha ocurrido que en vez de chocolate calentito, una sopita de cebolla no vendría mal (que además es sana). Tomad nota:

Ingredientes:
- 1 cebolla
- 1 trozo de pan duro (pero duro duro del todo, de esos que los tiras a la cabeza y duelen) del mismo tamaño que la cebolla (si es más grande, pues lo cortais con una radial o algo)
- 1 trozo de queso duro (igual de duro que el pan, o más) que sea también como la cebolla (a ser posible)
- pimienta, sal, aceite y agua


Elaboración:
- Pela bien la cebolla y lávala con agua. Pártela a la mitad y luego cada mitad en cuatro cachos. Ponla en un plato y dejala donde tengas sitio.
- Corta el pan en tacos (con la radial, si es preciso) y también en otro plato. Haz lo mismo con el queso.
- Pon una olla (a presión es mejor) con un chorrito de aceite (no te pases, no pongas tanta) al fuego. Cuando el aceite esté caliente, le echas la cebolla y le das unas cuantas vueltas hasta que se rehogue (doradita, pero no negra).
- Añade luego el pan, dale una vuelta más (con el cucharón, no con la mano) y añade agua, dándole cucharanazos al pan para que se empape bien. Sólo hasta que el agua cubra la cebolla, no la hagas nadar.
- Añade sal y pimienta al gusto.
- Si es una olla a presión, cierrala bien y, cuando suene la pesa, cuentas 10 minutos a fuego medio. Si no, tapa la cazuela y como mínimo media hora o hasta que la cebolla se vuelva una masa parecida a la medusa.
- Una vez pasado ese tiempo, abre la olla a presión (con cuidado, deja salir primero el vapor por la pesa) o destapa la cazuela y añade el queso.
- Deja cocer a olla abierta hasta que el queso esté blando y reblando.
- Con una batidora, lo trituras todo bien, bien, bien. Vamos, que quede como un puré algo ligerito.
- Lo pruebas con una cuchara y le añades más sal o pimienta, si te quedaste corto.
- ¡Listo! ¡Que alimente y caliente bien la barriguita!

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