miércoles, 22 de abril de 2009

Dominación mundial

Leyendo el libro del Señor Buebo me llamó especial atención el capítulo en que exponía que los frikis tienen derecho a dominar el mundo (algún día llegaremos a hacerlo, tiempo al tiempo).
Realmente mis sentimientos se vieron reflejados en él en gran medida.
Y es que un ejército de zombies a tu servicio es lo que tiene, que te da ansias megalómanas.
Pero no os penséis que uno nace así, o que adquiere de golpe y porrazo tamaña meta. Nooo, pequeños saltamontes, nada más lejos de la realidad. A decir verdad... Todo comienza poquito a poco, con un simple anillito de controlar muertos vivientes. Luego te das cuenta de la ineficacia del gobierno actual y acabas intentando dominar un dragón-zombie con muy mal café y peor aliento que te servirá de arma de destrucción masiva y biológica en tu guerra para reinar los distintos mundos... Muaaaajajajajajajajá!

Ejem, ejem... Pero pongámonos serios, porque en realidad todos sabemos que si, que los frikis dominarán (o dominaremos) el Mundo, pero quien más capacidades tiene de conseguir y conservar ese poder es una Madre.
Y no hablo de una madre cualquiera, no señor. Nótese las mayúsculas para referirme a ella.
  1. Porque esa Madre sabe poner ojitos de gato con botas y vocecilla melosa que derretirían el corazón al mismísimo Hombre de Hielo. Ante la petición de "¿Y no vas a...?" te das cuenta, demasiado tarde, que estás perdido, acabarás haciendo lo que te pide por pura penita, incapaz de enfrentarte a ella.
    Vamos, que hasta Superman iría en un vuelo a Nueva Zelanda sólo porque allí los kiwis son más baratitos, y si no come un kiwi cada día se estriñe y tú no querrías eso, cuando lo que de verdad intentaba nuestro superhéroe era evitar que esa misma Madre le tirara su colección de comics al pobre chaval adolescente que le llamó pidiendo ayuda.
  2. Esa Madre posee poderes telepáticos y psicológicos.
    No te equivoques, Ella conoce tus pensamientos. Conoce tus miedos y secretos... Sabe todo lo que bulle en tu interior, aunque no lo diga. Es capaz de calar a tus amistades sin necesidad de hablar con ellos.
    Porque Ella es una Madre y ya ha desarrollado ese gen mutante que la hace capaz de, con sólo una mirada, saber cuándo, cómo y quién ha roto su figurita de Faberllet de los dos cisnes que formaban un corazón con sus cuellos.
  3. Porque come de todo, desde pescado hasta verduras, y ya sabéis niños que la alimentación es clave para desarrollar bien la mente (y la salud).
    Cuando tiene un invitado en casa se le activa el modo Abuelita 3.0. Consigue acorralarle entre la espada y la pared, cebándole hasta que empieza a salirle puré por las orejas a pesar de que el pobre desdichado sólo aceptara una patata frita. No hay mejor comida que la que hacen las Madres, es una ley universal.
    Y es que, para qué negarlo, si James Bond hubiera ido a arruinarle los planes megalómanos a esa Madre, no sólo habría acabado cambiando la bombillita de la gigamáquina final del domino mundial, sino que los kilitos de más le hubieran asomado cual flotadores por debajo del traje a los pocos días.
  4. Porque es capaz de alimentar y vestir a una familia de siete miembros (mascotas incluídas) con un solo sueldo y que aún le sobre para ahorrar un poquito. Imaginad ahora, padawanes mios, qué no haría con el presupuesto anual de un país como, por ejemplo, España.
  5. Porque son unas maniáticas del orden y la limpieza, expertas lanzadoras de zapatillas de esparto y grandes inventoras de castigos que dan justo donde más duele.
Y lo dejo en 5 razones, que es un número que me gusta mucho. No obstante, cualquiera que conozca a una Madre, con mayúsculas, sabrá que hay muchas, muchas más... (Animo a cualquiera que quiera contribuir a esta lista a que lo deje en comentarios, mi Señora Madre incluída -y así me lo animáis un poquito, que está muy solino este blog-)

1 comentario:

ill_communication dijo...

Mmmmm, no queda mucho por añadir: sólo una pequeña anécdota. Cuando mi brother estuvo en el proceso de estoyperonoestoy con su ex mi madre era capaz de saber dónde y con quién estaba mi hermano en cada momento....
Lo reconozco, a veces, me asusta.